Rubén Pozo

Rubén Pozo se fuma la vida.

Estoy hasta los cojones de ser humilde, me quedo con ser sincero. Estoy caliente, si, pero esto va así. Me llamo Rubén Pozo, toqué y saqué discos con Buenas Noches Rose y con Pereza. Ésta es mi tercera y última resurrección. Por fin me he encontrado. A empezar otra vez desde el principio... ya me lo se, beibe. La vida es color de rosa cuando me destrozas pero mírame, estoy de pie. Acostúmbrate a no verme siempre por los suelos... me llamo Rubén Pozo y estoy aqui para quedarme.

Rubén Pozo (36 años) habla de la paternidad y del rock, dos extraños ingredientes que, a veces, casan bien: "Mi último año ha sido como esa película que vés después de comer y que es un puto rollo".
¿Qué es lo que más ha cambiado en tu vida desde que tienes un hijo?
Antes no me preocupaba si un día me moría, y ahora, mucho. No me acojona pero me jodería morirme por mi hijo [Leo nació de la relación que Rubén tuvo con Clara Téllez, cantante del grupo Los Peces].
Ya tiene cinco años, pero ¿has cambiado muchos pañales?
Sí, he cambiado pañales y también he puesto biberones.
¿Ya ha escuchado tu nuevo disco, Lo que más?
Dice que le gusta. Pero es curioso, el niño antes estaba más enrollado con esto de la música. Le gustaba, pero ahora para él la música significa “Papi no está en casa”.
¿Qué pensarías si un día se hace abogado?
Igual me saca de algún lío, pero que sea lo que quiera. No es mío. Es mi hijo, pero él es suyo. Yo siempre he hecho curros de mierda conscientemente para que no me gustaran y seguir con la música.
¿No te hubiera gustado tener un trabajo y una vida más gris?
Sí, es lo que pienso justo antes de cada concierto cuando estoy hecho un manojo de nervios. Estoy tan mal y me siento tan inseguro que pienso: “¿Por qué no estoy en una oficina de 9 a 5?”. La patata lo agradecería. Luego se me pasa.
¿cuáles son tu hobbies?
Fumar cigarros y montar en bici.


Dejo el primer videoclip del disco de Rubén Pozo, con, para mi, la peor canción.

Cuando George Harrison fue acusado de plagio

Una semana como ésta de hace 35 años, un juez determinó que el beatle más espiritual había copiado parte de otro tema en su gran éxito 'My sweet lord'. Pero la cosa no quedó ahí: su abogado se la jugó.

Portada del single 'My sweet lord', de Harrison.

El clásico incontestable del silencioso beatle George Harrison, la devota pero radiable My sweet lord (incluido en su debut, el triple álbum All things must pass, de 1970) estableció al músico como artista en solitario y llevó más allá su interés por el mundo espiritual, explorándolo a través de la música pop. Pero también metió a Harrison en un buen lío legal, al ser acusado de plagiar un tema de una banda de chicas de los sesenta, Chiffons.

Bright Tunes Music, la compañía propietaria de los derechos de He's so fine, una canción de las Chiffons de 1962, presentó una demanda de violación de derechos contra Harrison, considerando que el cantante y compositor había cogido algo más que ideas del estribillo para componer My sweet lord. El beatle lo negó y entró en una ardua batalla legal de cinco años junto a su abogado, Allen Klein (el tipo que manejó las finanzas de los Beatles después de la muerte de Brian Epstein, algo a lo que Paul McCartney siempre se opuso, causando conflictos en la banda). Finalmente, el juez declaró a Harrison culpable de "plagio subconsciente" el 31 de agosto de 1976.

La compensación por daños y perjuicios del tribunal se hizo esperar. Y en ese tiempo, Klein, el abogado del que desconfiaba McCartney, complicó aún más el asunto: adquirió los derechos de He's so fine, la canción plagiada por George. Su fin: recibir una buena paga de Harrison. En 1981, el tribunal que llevaba el caso obligó a Harrison a pagar más de 400.000 euros a su propio abogado por los derechos de la canción.

A continuación puedes escuchar el tema original de las Chiffons, He's so fine:

Y aquí puedes escuchar My sweet lord. Las similitud con la melodía del tema anterior es bastante evidente:

‘London calling’, de The Clash, elegida para la Olimpiada de Londres 2012

El apocalíptico tema compuesto por Joe Strummer y Mick Jones será el reclamo publicitario de los Juegos Olímpicos que tendrán lugar capital inglesa.

La portada del disco, 'London calling', de The Clash, y el símbolo de las Olimpiadas de Londres 2012.

London calling, la mítica canción compuesta en 1979 por el grupo punk más político de Reino Unido, The Clash, es la escogida para la campaña publicitaria de las Olimpiadas de Londres 2012. El tema será utilizado en una serie de anuncios que se emitirán en unos días y constituye la sintonía de la cuenta atrás hasta el 27 de julio de 2012, día en el que comienzan los Juegos Olímpicos. Este es el vídeo de la canción de The Clash:

“London calling es el ejemplo clásico de canción que se ha vuelto tan familiar que ha perdido su significado original”, explica hoy (2 de agosto) el periodista especializado Marcus Gray en el portal británico de noticias BBC. Pero, ¿cuál es la verdadera historia de este tema punk? “London calling, el aviso de alarma de los noticiarios de la BBC durante la Segunda Guerra Mundial, fue la llamada de socorro de The Clash desde el corazón de la oscuridad”, explicában en la lista de ROLLING STONE de Las 500 mejores canciones de todos los tiempos, en la que ocupa el puesto número 15. Cuando grabaron la canción, para su tercer disco, The Clash estaban sin mánager y casi ahogados en las deudas. A su alrededor, su país pasaba por una crisis durísima: comienzo de la ultraconservadora era Thatcher, conflictos raciales, desempleo, abuso generalizado de las drogas… “Nos daba la sensación de que estábamos en las últimas”, dijo Joe Strummer, “y no había nadie para ayudarnos”. Strummer y el guitarrista Mick Jones canalizaron su preocupación en una canción que sonaba como si The Clash hubieran entrado en la batalla. […] Sobre ese sonido urgente , Strummer aullaba a propósito de desastres reales o imaginarios. Los versos “London is drowing/ And I live by the river [Londres se inunda/y vivo al lado del río], se basaba en el folclore popular. “Bromeábamos con que si el Támesis llegaba a desbordarse, moriríamos todos”, contó Jones, “menos Strummer, que por entonces vivía en un edificio alto”.

Amy Winehouse y el Club de los 27

Hace tan sólo dos días que se dio a conocer la noticia de la muerte de Amy Winehouse. Desde entonces, muchos han sido los que han hablado de que la cantante británica es ya parte integrante del mítico Club de los 27, del que desde hace tiempo quise hablar por estos lares. Y lo voy a hacer, pero para opinar que la vocalista no debería entrar en este selecto grupo de artistas.

Winehouse fue encontrada muerta en su apartamento de Londres a la edad de 27 años y sus fans ya le han convertido en leyenda. No seré yo quien diga que la polémica cantante no tuvo un gran talento para la música y cuya corta pero exitosa carrera no haya influenciado a otros artistas. Sin embargo, situarla entre los míticos integrantes del Club de los 27 me parece, cuando menos, precipitado. Y es que la lista la encabezan la siguientes personalidades:

- Brian Jones (28 febrero 1942 - 3 julio 1969): guitarrista y uno de los fundadores de The Rolling Stones que murió ahogado en la piscina de su mansión. Su constantes abusos de las drogas le hicieron al resto de la banda prescindir de sus servicios a pesar de su gran talento con el instrumento.

- Jimi Hendrix (27 noviembre 1942 - 18 septiembre 1970): poco queda por decir del que es considerado uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos, si no el mejor. Cantante y compositor, Hendrix es una de las grandes influencias para cualquier guitarrista que se precie no sólo por su endiablada técnica, sino también por su sonido psicodélico que terminó por convertirse en todo un estilo musical. Una mezcla de alcohol y pastillas para dormir hizo que se ahogara en su propio vómito y el mundo de la música perdiera a uno de sus buques insignia.

- Janis Joplin (19 enero 1943 - 4 octubre 1970): tal vez, una de las cantantes de blues por excelencia. Esta sensacional artista fue una de las voces cantantes del movimiento hippiede los 60 y todo un icono para las mujeres de su época por su carácter rebelde y sus letras pacifistas. Murió de sobredosis de heroína.

- Jim Morrison (8 diciembre 1943 - 3 julio 1971): este año se celebra el 40 aniversario de la muerte de unos de los mejores y más completos músicos del siglo pasado. El líder de la legendaria banda The Doors fue mucho más que un cantante. Fue un poeta, un cineasta, un genio y figura que hizo las veces de mesías para la juventud estadounidense, a la que alentó a revelarse contra el sistema. Su cuerpo apareció en la bañera de su piso en París y el planeta entero lloró la muerte de uno de los más grandes.

- Kurt Cobain (20 febrero 1967 - 5 abril 1994): considerado por muchos como la última estrella del rock, el líder de Nirvana fue la cabeza visible de un movimiento que revolucionó la industria y el mundo entero: el grunge. Su forma de cantar y sus letras han servido y sirven de inspiración para toda una fuente inagotable de bandas. Su continuo y abusivo uso de las drogas apretaron el gatillo de la escopeta que terminó con su vida dejando desamparada a toda una legión de seguidores.

Después de haber leído estas cinco breves historias, uno no debería incluir a Amy Winehouse en esta lista. Sus aptitudes para la música fueron innegables, pero con tan sólo dos discos de estudio y el hecho de que, en mi opinión, no cambió el rumbo de la música ni supuso un antes y un después, hace que me resulte imposible incluirle en tan prestigioso Club.Sólo el tiempo dirá si llega o no a estar a la altura de los antes nombrados. Es por eso que, de momento, la sitúo en la sala de espera. La misma en la que se encuentran otros artistas que también fallecieron a la edad de 27 años. Es el caso de Ron Pigpen McKernan (fundador de Grateful Dead), Davis Alexander (bajista de Stooges), Chris Bell (cantante de Big Star),Dennes Boon (frontman de Minutemen) o Kristen Pfaff (bajista de Hole). Todos ellos, sigan descansando en paz.

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Mick Jagger cumple hoy 68 años. Le homenajeamos

El cantante de los Rolling Stones ha pasado más de cinco décadas sobre los escenarios. Destacamos algunos momentos célebres en una carrera maratoniana y llena de momentos míticos. Es nuestro tributo a este inmortal icono.

Mick Jagger, en concierto.

Rebelde, sensual, inteligente… No faltan adjetivos para tratar de definir a Mick Jagger. Tampoco momentos imborrables en la vida de esta leyenda del rock and roll, nacida en Darfort (Inglaterra) un día como hoy, 26 de julio, pero de 1943. Celebramos su 68 cumpleaños con una selección con algunos minutos inmortales en su trayectoria.

- Siempre insatisfecho (I can’t get no) Satisfaction es la canción más emblemática de los Rolling Stones y por extensión está entre las más célebres de la historia del rock. Las legendarias notas de guitarra del tema se le ocurrieron a Keith Richards en sueños y el tema lo terminaron él y Jagger en un hotel en Florida (EE UU). Aquí podemos escuchar a nuestro homenajeado cantarla en unos estudios londinenses, a los pocos meses de publicarse el tema (el verano de 1965):

- La mejor banda de rock del mundo Ningún grupo británico había hecho una gira por EE UU como la que Jagger y los suyos llevaron a cabo allí en el invierno de 1969. Un gran despliegue para un grupo en plena forma. La banda acababa de publicar su brillante álbum Let it bleed y tenía hambre por comerse el mundo. Eran presentados como ‘El mejor grupo de rock and roll del mundo’ y como puede verse en esta actuación en el gran recinto Madison Square Garden, en Nueva York (EE UU), las palabras no eran gratuitas:

- El día que el diablo vino a Mick Un final feo para una gran gira. Los Rolling Stones contrataron a la violenta y motorizada cuadrilla Los Ángeles del Infierno como cuerpo de seguridad para su célebre festival en Altamont, California (EE UU), el 6 de diciembre de 1969. Las malas vibraciones reinaron. “Hermanos y hermanas, ¿por qué no tratáis de calmaros?”,dijo Jagger para tranquilizar a la agitada audiencia. Pero sus palabras no evitaron que un joven fan fuese acuchillado por uno de estos moteros. Una célebre fecha especialmente triste en los 68 años de Jagger. Estas imágenes son históricas:

- El memorable rayo Aquella tarde no parecía más que un inapropiado y anecdótico bochorno de calor. Pero fue determinante. Con los años un halo de leyenda rodea a la actuación que los Rolling Stones dieron en el Vicente Calderón Madrid el verano de 1982. Porque no todos los conciertos empiezan con una gigantesca tormenta, con un correspondiente y tremendo rayo, que parece llevarse por delante al grupo. Y no todas las bandas siguen adelante tocando, como el que no quiere la cosa. Este reportaje de la época muestra lo caliente que fue aquella velada (y lo contento que estaba Mick):

- Solo y con falsetes No sólo los Rolling Stones han alimentado la creatividad de Jagger. Mick también cuenta con varios trabajos en solitario. De éstos, el más inspirado es Wandering spirit, de 1993, del que sale este tema, Sweet thing. Atención a cómo Mick afronta una de las especialidades de la casa, el falsete:

- Los súper poderes de Jagger Cualquiera que haya visto a Mick Jagger sobre un escenario en el último lustro puede dar fe de ello: las condiciones físicas del fibroso vocalista resultan sobrehumanas (a más de un treintañero le gustaría tener un cuerpo como el suyo). Salta, corre, provoca… Este vídeo ante el público argentino, en 2006, es una prueba:

Y aunque los resultados de su nuevo grupo están por ver… Lo de SuperHeavy, la nueva banda de Jagger, pinta bien y, por ello, hacemos este añadido. El cantante de los Stones se ha juntado con, entre otros, Joss Stone y Dave Stewart (de Eurythmics), para grabar un disco que sale el 20 de septiembre. Nada le quita las ganas de tocar a Mick. Ni a sus 68 años. Esto es un adelanto de SuperHeavy:

EL LADO OSCURO DE FRANK SINATRA

Uno de los aspectos de la vida de Sinatra más polémicos y criticados y que más problemas le dio en vida fue el de sus relaciones con la mafia, llegando al punto de verse obligado a declarar al respecto en una comisión de la Cámara de Representantes en 1972. Aunque estas relaciones fueron ciertas (fue amigo, por ejemplo, del mafioso Sam Giancana) nunca se pudo presentar ninguna prueba de que hubiese estado involucrado en ninguna actividad ilegal, sino que más bien fueron una consecuencia de su proyección como cantante, lo que le habría llevado a contactar con quienes dominaban las grandes salas de conciertos de Estados Unidos y a valerse de su apoyo, llegando por ejemplo a trabajar para Giancana en numerosos clubes nocturnos.

No obstante, su relación con la Cosa Nostra fue muy íntima desde el principio. Uno de sus tíos, Babe Gavarante, era miembro de una banda controlada por el entonces capo de la mafia de Nueva Jersey , Willie Moretti. Asimismo, la primera mujer de Sinatra, Nancy Barbato, era prima de una de los “soldados” de Moretti y Sinatra fue invitado a cantar en la boda de la hija de éste. En este hecho se basarían Mario Puzo y director de cine Francis Ford Coppola para una de las escenas del libro y la película El padrino, en la cual, el cantante "Johnny Fontane" acude a cantar al matrimonio de Connie Corleone, hija de Vito Corleone, padrino de Fontane a quien luego le pide ayuda para ser seleccionado en una película que alzaría su fama.

Moretti sufría de sífilis y su salud física y mental se fue deteriorando. Ante el miedo de que pudiera hablar más de la cuenta, la familia decidió liquidarlo, hecho que fue llevado a cabo por cuatro sicarios el 4 de octubre de 1951, precisamente el día en que había quedado para comer con Jerry Lewis y Dean Martin, quienes, en compañía del propio Sinatra, actuaban de vez en cuando en el Ben Marden´s Riviera Club de Nueva York, local del que era propietario una de los “soldados” de Moretti.

En los archivos del FBI se conserva un expediente sobre Sinatra de 2403 páginas.

¿Rojo o Azul?

Los músicos españoles eligen: Beatles ¿‘Disco Rojo’ o ‘Disco azul’? ¿Eres del Rojo o del Azul? Se acaban de reeditar los recopilatorios más míticos de los Beatles (y casi se podría decir que de la historia del rock), el Disco Rojo (1962-1966), la primera etapa del cuarteto, con influencias de Elvis o el rhythm & blues negro; o Disco Azul (1967-1970), con los temas más experimentales y psicodélicos de la banda. Por ello, preguntamos a una quincena de músicos españoles cuál de los dos les gusta más. Por cierto, casi todos conservan en casa los ejemplares de los dos en vinilo.

• Andrés Calamaro: “Elijo el Disco Azul. Lo tenía desde pequeño en un vinilo editado en Argentina. El Disco Azul, ahora mismo, me parece más interesante, más vanguardista. Sin restarle mérito al Disco Rojo. Digamos que desde la etapa de Rubber Soul y Revolver las grabaciones de los Beatles son más revolucionarias”.

• Iván Ferreiro: “Recuerdo que tenía los dos y que hasta los 16 años me gustó mucho el Disco Rojo, porque era más fácil de escuchar. Y a partir de los 16 empecé a entender más el Disco Azul, que era donde los Beatles se rallaban más. Creo que los vinilos aún siguen en casa de mi madre”.

• Ariel Rot: “Odio los recopilatorios: esa es mi respuesta”.

• José Ignacio Lapido (ex 091): “Yo sólo tenía el Disco Rojo. Además, me lo compré cuando salió: fue uno de mis primeros vinilos. Así que por motivos sentimentales, y a pesar de que ahora me identifico más con las canciones del Disco Azul, me quedo con el Rojo”.

• Lori Meyers (Alejandro Méndez Noni, voz y guitarra): “Las primeras canciones de los Beatles son mis preferidas, por lo tanto mi disco es el Rojo. Aunque yo le robaría Yellow submarine al Azul para que el primero fuera aún más redondo. Yo no lo tenía, pero recuerdo que de pequeño iba a escucharlo a casa de mi tío, que es un gran fan de los Beatles”.

• New Raemon (Ramón Rodríguez): “Ni Rojo ni Azul: el mejor es el Álbum Blanco. Pero si se trata de escoger uno la cosa estaría muy clara: el Azul. Un recopilatorio azulgrana no estaría nada mal, ya que los dos contienen éxitos para toda una vida. Recuerdo que de pequeño mi padre pinchaba más el Rojo. Pero yo le pedía siempre el Azul”.

• - Los Chicos (Gerardo, guitarra): “La verdad es que Los Chicos no somos muy fans de los Beatles, pero seguramente elegiríamos el Rojo porque es más rhythm & blues. Recuerdo que los tenía en casa de pequeño, en vinilo, por supuesto, y que mi canción preferida era Please, please, me”.

• Depedro (Jairo Zavala): “Sin duda yo prefiero el Azul, y mi canción preferida es Nowhere man. Extrañamente no los tenía. Ya sé que es raro porque todos mis amigos sí lo tenían. Igual es que me falla la memoria”.

• Tokyo Sex Destruction (Raúl Sinclair, voz): “Yo no soy nada fan de los Beatles. Los he escuchado porque es prácticamente imposible vivir al margen, pero si soy sincero a mi los Beatles me recuerdan a Take That”.

El Último Vals

PEREZA Y M-CLAN A TRAICIÓN

Desde la izquierda, Rubén, de Pereza; Carlos Tarque, de M Clan, Sara, de La Rubia, y Josu García, de Tequila, durante el concierto de Hot Legs

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La esmirriada figura de Leiva desciende por las empinadas escaleras de la sala El Sol. La estética es la de la casa: sombrero, chaqueta, pantalones pitillo, brazos tatuados... Le acompaña un trancazo considerable. "He estado vomitando toda la noche", afirma con una mueca que solo puede significar "asco de día, tío". Alguien le gasta una broma: "Estás más gordo, ¿eh?". Leiva, delgadísimo, sonríe. Lleva un objeto de complicada identificación en la mano. Su nombre: pie de bombo. Es un artilugio en forma de pedal de bicicleta que sirve para golpear con el pie el bombo de la batería. ¿Batería? Sí, el mismo músico que llenó el pasado diciembre el Palacio de los Deportes, que cada vez que se acercaba al micrófono provocaba el aullido de 12.000 personas, hoy va a tocar la batería ante poco más de 300 personas. Lo de hace unos meses se llamaba Pereza; lo de hoy, Hot Legs. Por sorpresa, a traición, sin publicidad, por lo civil y lo rock and roll. Pereza, Carlos Tarque (líder de M Clan) y Sara Íñiguez (jefa del grupo Rubia) se sumergieron en las alcantarillas madrileñas del rock. Rubén y Leiva venían de meter a 12.000 personas en el Palacio de los Deportes; Carlos Tarque abarrotó con M Clan dos noches el club Joy Eslava. Anoche fue distinto. Camuflados como Hot Legs actuaron ante unos pocos aficionados. La alineación fue la siguiente: Rubén (guitarra), Leiva (batería), Carlos Tarque y Sara (vocalistas), Jokin Salaverría (bajo) y Josu García (guitarra).

Las versiones de cómo surgió esta banda varía dependiendo de a quién se pregunte. Rubén: "Nació aquí, en El Sol, un día que Sara presentó un libro de recetas de rockeros. Nos subimos al escenario y comenzamos a tocar". Leiva: "Fue después de ver a Black Crowes en el festival Azkena, de Vitoria. Volvimos todos en coche y ahí empezamos a hablar de montar algo". Quizá ninguno de los dos acierte, que todo se planteó en un bar, de noche. De noche, eso seguro.

¿La historia del nombre del grupo, Hot Legs? Sencilla: es el mismo que el título de una canción lujuriosa de Rod Stewart. Más adelante explicaremos algún giro porno de esta historia. Tipos nerviosos, Rubén Pozo (35 años) y José Miguel Conejo Leiva (30 años) no pueden cruzarse de brazos. El pasado diciembre advirtieron que desaparecían al menos un año. Mentira. Bueno, Pereza ha cerrado la verja, pero ellos no pueden estar sin coger las guitarras. Se foguean con estos Hot Legs, un grupo de versiones. "Es puro entretenimiento. Juntarse con los amigos, tocar y que nos inviten a unas copas. No tiene que convertirse en algo serio, no hay que quemarse. Se hace muy de vez en cuando", comenta Rubén.

El concierto, el segundo de su corta carrera, comienza con una acelerada versión de Hot legs. Pronto suena Jealous guy, de John Lennon, que desde la garganta de Tarque adquiere tonos soul. Sara lleva un colorido vestido corto ye-ye. Responde con vozarrón a las acometidas de un Tarque que viste chaleco y chaqueta. Suena Walls, de Tom Petty; Handle with care, de Traveling Wilburys. Es curioso ver a Leiva, sentado, cediendo el protagonismo, amarrado a las baquetas. "En realidad es lo que mejor se me da. Empecé tocando la batería. Es el instrumento que más domino", aseguraba antes del concierto. Sara (37 años) y Carlos (41), de maestros de ceremonias, indican que la gente se siente. Todo el público obedece. Es un juego: enseguida todos se levantan a bailar. Ella canta una desmadrada versión del clásico Route 66. Leiva se desprendió hace tiempo de su camiseta de tirantes. Luce torso desnudo. También hay protagonismo para el guitarrista Josu García, que interpreta una solvente versión de Fire, de Jimi Hendrix. No hay pretensiones. Se trata de músicos de que llenan pabellones jugando a hacer versiones, pasándoselo pipa. Remedy, de Black Crowes, irrumpe poderosa; Tumblin' dice, de los Rolling Stones (el grupo que gana: hasta tres temas cayeron), suena vacilona...

El público es básicamente treintañero. Algunas adolescentes, que se enteraron de que sus Pereza tocaban, lo intentaron. "He recibido llamadas de niñas menores de edad diciendo que me traían una carta notarial de autorización firmada por los padres para entrar. Pero está prohibido", señala Marcela San Martín, responsable de El Sol. Ahora vamos a contar algo pornográfico. En su primera actuación como Hot Legs, el pasado diciembre en el 5º aniversario del madrileño club Costello, el bando masculino estiró lascivamente el nombre del grupo: "Somos la Hot Legs and the Dirty Squirty Band". ¿Perdón? "Sí, hombre, La Banda de las Piernas Calientes y el Flujo Guarrete". Un único comentario sobre este asunto: que la única parte femenina del grupo, Sara Íñiguez, frenó el desmadre: "Me puse seria, les dije que eso era una guarrada".

La actuación termina con esa joya que es Dead flowers de, otra vez, los Stones. Tarque canta con los brazos en jarra, como Jagger. Luego regresan para interpretar un festivo I got a woman, de Ray Charles. Terminado el concierto, los músicos se van de copas a celebrarlo. Pero esa es otra historia...